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viernes, 24 de febrero de 2012

¿Tragedia anunciada?


8:30, es temprano pero no tanto, ahí aparece el que se está despertando, el que ya se levantó y se prepara. Sin embargo a las 8:30 también es tarde. Es una lucha contrarreloj para llegar al trabajo o al lugar de estudio en tiempo. Aquel que encontró un recoveco dentro del transporte público colmado de gente tuvo suerte, por otro lado los que no entran deberán esperar. Pero ahí esta la esperanza de que haber podido subirse al tren facilitará la problemática de la distancia en poco tiempo. En estas condiciones un tren de la línea Sarmiento que llegaba a la estación Once no paró y chocó contra la cabecera del andén. En un primer momento un escalofrió recorrió los cuerpos de todos los testigos y testigos no directos del accidente. Era la hora pico y se esperaba inevitablemente lo peor. Los medios de comunicación apenas se hicieron eco del hecho estuvieron transmitiendo ininterrumpidamente lo que estaba pasando, a excepción de canal 7, el cual emitía un programa de cocina. Al final del día el resultado era el siguiente: 50 muertos y al menos 700 heridos. Cifras que aún, días después, siguen oscilando sin contar la cantidad de desaparecidos.
En Argentina donde los accidentes de tránsito son en estadística la primera causa de muerte, la tragedia de ayer no hizo más que reinsertar el debate sobre el déficit de infraestructura de los transportes. Los vagones se encuentran extremadamente congestionados, los pasajeros incluso viajan con las puertas abiertas, en los andenes externos del vagón del conductor o incluso en el techo. Esto no es noticia nueva, la inseguridad al viajar se vive todos los días en menor y en mayor medida. ¿Por qué pasó esta tragedia? Hay dos hipótesis que circulan actualmente. Desde el TBA, responsable de los trenes de Buenos Aires, que mandó después de muchas horas de sucedida la tragedia un comunicado, se aseguró que el servicio de la línea Sarmiento es “aceptable” y que incluso “hay más inversiones que en otras compañías” ferroviarias. El director de la sección de Material Rodante de la empresa, Roque Cirigliano descartó un problema técnico y consideró que habría sido una falla humana la causa del accidente ferroviario. Por el contrario, el delegado de la Unión Ferroviaria, Rubén "Pollo" Sobrero, responsabilizó a la empresa Trenes de Buenos Aires por el accidente. Desde el gremio se habrían hecho años atrás muchas denuncias sobre el mal estado de los trenes y la falta de mantenimiento por parte de la empresa.
Dentro de esta búsqueda de las causas, todavía hay personas buscando a sus seres queridos que no aparecen, también están aquellos familiares que velan a sus hijos, padres, amigos que perdieron la vida. Y ahí a lo lejos se los ve a los sobrevivientes con heridas que nunca cerrarán del todo. Sea quien haya sido él o los culpables claramente deben ser castigados pero el asunto no debe terminar ahí. Encontrar un culpable y dejar en el olvido el hecho es fácil, no obstante lo más importante es garantizar que los ciudadanos que día a día dependen del tren para llegar a sus respectivos lugares de trabajo lo haga en un transporte que les garantice seguridad. ¿Realmente esta tragedia ocurrió de manera sorpresiva o ya se veía venir? Eran las 8:30 de un día que recién comenzaba y terminó muy rápido.

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