Todos los jueves de 18 a 20hs desde el Club Cultural Matienzo por RADIO COLMENA

sábado, 25 de febrero de 2012

Entrevista a Conde, Baldasini y el dúo de los Francos

Estuvimos con Laura Conde, Sergio Baldassini y el dúo de los Francos en vivo en El Tren de las seis. Reviví la entrevista y la competencia de ambos dúos en nuestra página!

viernes, 24 de febrero de 2012

¿Tragedia anunciada?


8:30, es temprano pero no tanto, ahí aparece el que se está despertando, el que ya se levantó y se prepara. Sin embargo a las 8:30 también es tarde. Es una lucha contrarreloj para llegar al trabajo o al lugar de estudio en tiempo. Aquel que encontró un recoveco dentro del transporte público colmado de gente tuvo suerte, por otro lado los que no entran deberán esperar. Pero ahí esta la esperanza de que haber podido subirse al tren facilitará la problemática de la distancia en poco tiempo. En estas condiciones un tren de la línea Sarmiento que llegaba a la estación Once no paró y chocó contra la cabecera del andén. En un primer momento un escalofrió recorrió los cuerpos de todos los testigos y testigos no directos del accidente. Era la hora pico y se esperaba inevitablemente lo peor. Los medios de comunicación apenas se hicieron eco del hecho estuvieron transmitiendo ininterrumpidamente lo que estaba pasando, a excepción de canal 7, el cual emitía un programa de cocina. Al final del día el resultado era el siguiente: 50 muertos y al menos 700 heridos. Cifras que aún, días después, siguen oscilando sin contar la cantidad de desaparecidos.
En Argentina donde los accidentes de tránsito son en estadística la primera causa de muerte, la tragedia de ayer no hizo más que reinsertar el debate sobre el déficit de infraestructura de los transportes. Los vagones se encuentran extremadamente congestionados, los pasajeros incluso viajan con las puertas abiertas, en los andenes externos del vagón del conductor o incluso en el techo. Esto no es noticia nueva, la inseguridad al viajar se vive todos los días en menor y en mayor medida. ¿Por qué pasó esta tragedia? Hay dos hipótesis que circulan actualmente. Desde el TBA, responsable de los trenes de Buenos Aires, que mandó después de muchas horas de sucedida la tragedia un comunicado, se aseguró que el servicio de la línea Sarmiento es “aceptable” y que incluso “hay más inversiones que en otras compañías” ferroviarias. El director de la sección de Material Rodante de la empresa, Roque Cirigliano descartó un problema técnico y consideró que habría sido una falla humana la causa del accidente ferroviario. Por el contrario, el delegado de la Unión Ferroviaria, Rubén "Pollo" Sobrero, responsabilizó a la empresa Trenes de Buenos Aires por el accidente. Desde el gremio se habrían hecho años atrás muchas denuncias sobre el mal estado de los trenes y la falta de mantenimiento por parte de la empresa.
Dentro de esta búsqueda de las causas, todavía hay personas buscando a sus seres queridos que no aparecen, también están aquellos familiares que velan a sus hijos, padres, amigos que perdieron la vida. Y ahí a lo lejos se los ve a los sobrevivientes con heridas que nunca cerrarán del todo. Sea quien haya sido él o los culpables claramente deben ser castigados pero el asunto no debe terminar ahí. Encontrar un culpable y dejar en el olvido el hecho es fácil, no obstante lo más importante es garantizar que los ciudadanos que día a día dependen del tren para llegar a sus respectivos lugares de trabajo lo haga en un transporte que les garantice seguridad. ¿Realmente esta tragedia ocurrió de manera sorpresiva o ya se veía venir? Eran las 8:30 de un día que recién comenzaba y terminó muy rápido.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Entrevista con Ana Almada, Coordinadora Nacional del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ)

Ana Almada integró la delagación del Serpaj que viajó a la Provincia de Catamarca a solidarizarse con los habitantes de la región que se oponen a la mega minería. Fueron agredidos en la entrada de Andalgalá y no pudieron entrar a la ciudad. Escuchá su relato de la situación que se vive en Catamarca.

Entrevista con Juan José Rodríguez, de radio El Algarrobo, en Andalgalá (Catamarca)



domingo, 12 de febrero de 2012

Las fotos que no quería ver



Comencemos por hacernos una simple pregunta: ¿Para qué sirven las fotos? Una foto sirve para hacer imborrables distintos momentos de la vida cotidiana. Cuando miramos una foto, nos remontamos tiempo atrás, a ciertas situaciones que queremos recordar por siempre. Eso es lo lindo de conservar una foto. Pero cuando esa foto muestra el sufrimiento ajeno cambia totalmente la perspectiva y el mirarla reiteradas veces se vuelve un acto morboso. Eso pasó con Jazmín de Grazia, la modelo y periodista que fue encontrada muerta el domingo 5 de febrero, en su casa en Recoleta.



Indignación. Bronca. Tristeza, ¿por qué no? Impotencia. Vergüenza. Sí. Sobre todo, eso. Vergüenza. Todas esas sensaciones se me presentaron al mismo tiempo y se  mezclaron en mi cabeza cuando me desperté y me enteré que el conocido diario Crónica había publicado fotos inapropiadas y realmente crueles de la modelo (y me reservo más detalles, porque me parece cruel también rememorarlos, siendo que ya es probable que todos sepan en qué consistían esas fotos). ¿Qué necesidad había de publicar imágenes de tal magnitud? Ninguna. Esas fotos no aportaban ninguna información nueva, ni nada que pudiera revelar algo desconocido para la investigación. Es claro que, a la hora de publicar, no pensaron desde lo racional, si no que pensaron con una calculadora en la cabeza. No repararon, siquiera dos segundos en la familia y amigos de Jazmín que no hace una semana perdieron a un ser querido y que, lejos de poder llevar el duelo en paz, se vieron forzados a revivir todo de nuevo, como una pesadilla transmitida en cadena por todos los medios de comunicación.


Pero no basta con realizar un reproche ético a la falta de escrúpulos con que trabaja este medio, tal cómo quedó evidenciado en numerosas oportunidades. También deberá investigarse a fondo cómo llegaron esas fotos a las manos del Diario Crónica. Ese material constituye una evidencia clave para la investigación de la muerte de Jazmín y debió haber permanecido en el expediente de la causa, bajo secreto de sumario. Por lo tanto, aquellos policías que lo debieron haber resguardado tienen una responsabilidad penal. Más aún, si, como afirmó en un comunicado el juez Ernesto Raúl Botto, a cargo de la instrucción de la causa, esas fotos “no han sido incorporadas” al expediente. Lo que indicaría que fueron sustraídas a la justicia. Por lo tanto, más allá del derecho del periodista a reservarse las fuentes de su información, deberá dar explicaciones, si hay indicios suficientes de que pudo haber tenido participación en un delito.


Por otra parte, las leyes también resguardan, al menos parcialmente, la privacidad y el honor de las personas. En este sentido, Crónica profanó el episodio de mayor intimidad en la vida de cualquier individuo, que es su muerte. Ya la Editorial Atlántida tuvo que responder ante la justicia por publicar, en la Revista Gente, imágenes del dirigente radical Ricardo Balbín en terapia intensiva durante su agonía. En el presente caso, Crónica no sólo exhibe imágenes de muy mal gusto, sino también, en el poco texto que acompañaba la publicación, realizó consideraciones sobre su vida personal sin mayor finalidad que acrecentar el morbo que alimenta. En esas pocas líneas dice que  por más impactante que sea, “también debe servir para concientizar”. ¿Para concientizar sobre qué? ¿Exponer y humillar a una persona de esta forma puede ser visto como un acto para generar conciencia?


Sin embargo, no solamente la “culpa” o la responsabilidad es del medio informativo, que de forma descarada publicó las fotos. Si no que también, en toda esta situación, entra en juego el morbo de la gente. Esas ganas desenfrenadas de ver algo cruel o el sufrimiento ajeno que, desgraciadamente, nos caracteriza a los seres humanos. Como bien explica la novelista Susan Sontag “se puede sentir curiosidad por mirar fotografías que registran grandes crueldades y crímenes, pero también se debería sentir la obligación de pensar en lo que implica mirarlas, en la capacidad efectiva de asimilar lo que muestran. Y eso es lo que no pasa. La curiosidad gana ante todo. Es totalmente indignante que esta edición del diario  haya vendido la cantidad de ejemplares que vendió. ¿Acaso de verdad nos deleitamos con el sufrimiento de los demás?    

viernes, 10 de febrero de 2012