El Congreso de la Nación dio sanción el miercoles 24 a la reforma de la Ley de Riesgos del Trabajo. La medida fue celebrada por el sector empresario y cosechó numerosos repudios entre el sindicalismo, los especialistas en derecho laboral y algunas fuerzas de la oposición.
Para comprender mejor las consecuencias que dicha modificación puede acarrear al trabajador,
El Tren de las Seis habló con el diputado nacional por el Frente Amplio Progresista Claudio Lozano:
También nos aportó su análisis del proyecto aprobado el juez laboral jubilado doctor Horacio Anibal Bernasconi:
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Finalmente el Congreso Nacional ha dado sanción a la reforma a la Ley de Riesgos del Trabajo, lo que implica un franco retroceso en la materia, según lo ha entendido la doctrina más calificada.
Es que se vuelve al régimen de la opción que estableciera la ley 9688 en 1915 y que mantuvieran sus modificatorias hasta que la ley 24557, ahora modificada, eximió a los empleadores de toda responsabilidad civil vedando a los trabajadores el acceso a toda reparación por fuera del sistema, salvo el improbable caso de dolo del empleador.
Tanto el régimen de la opción de la primitiva ley de accidentes como la discriminatoria normativa de la LRT de la época de los 90, fueron a través del tiempo limitados en su efectividad por la jurisprudencia hasta que la actual Corte Suprema de Justicia procedió prácticamente a fulminar la última ley confirmando diversas inconstitucionalidades, que ya habían sido sancionadas por numerosos tribunales, tanto nacionales como provinciales, desde escaso tiempo después de la vigencia de aquella ley; en especial las del art.39 que impedía a los trabajadores afectados la acción civil. Esta situación motivó el reclamo por una nueva normativa y dio lugar a varios proyectos injustificadamente demorados en el tiempo, hasta que, con una premura digna de mejor causa, el Poder Ejecutivo eleva el proyecto ahora sancionado, sin la suficiente consulta a los sectores interesados, salvo el entusiasta apoyo del sector empresario. La actual reforma, pese a lo que afirma en sus fundamentos, contradice tal jurisprudencia, como también los reclamos formulados contra la ley anterior, siendo esta una de las cuestiones que permite aludir al retroceso mencionado.
En rigor de verdad, la ley ahora sancionada no deroga la ley 24557, salvo en algunos artículos muy puntuales, por lo contrario la integra al régimen de reparación de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, que queda integrado por la nueva ley, por la ley de riesgos del trabajo 24557 y sus modificatoria y normas reglamentarias, según surge del art. 1 del nuevo texto; es decir queda en pie toda la estructura de la ley que tanto la doctrina como la jurisprudencia habían considerado que debían cambiarse por ser contraria a los intereses de los trabajadores.
Por su parte el sistema de la opción, creado hace casi 100 años para proteger los intereses de los empleadores contra posibles reclamos económicamente más importantes de los trabajadores accidentados, es rescatado por la nueva ley intentando justificarlos en la protección de los trabajadores frente a las demoras y mayores gastos que pudiera ocasionarles un proceso judicial, utilizando los mismos argumentos que dos décadas atrás inspiraron la reforma neoliberal.
Pero un aspecto trascendente, aunque poco mencionado, es aquel por el cual si el trabajador opta por la acción judicial por fuera del sistema de la ley deberá ocurrir ante la justicia civil, con exclusión del fuero laboral, donde se aplicará la legislación de fondo, de forma y LOS PRINCIPIOS correspondientes al derecho civil. Y si bien ya es perjudicial para el trabajador privarlo de una justicia especializada en materia laboral, lo mas grave es la aplicación de principios correspondientes a otra disciplina distinta a los del derecho laboral, con exclusión entre otros del principio de irrenunciabilidad, de indemnidad y en especial del principio protectorio con su consecuencia, “in dubio pro operario”. Por la vía de una disposición procesal se está sacando a los accidentes del trabajo de la órbita del derecho laboral.
Es decir que esta pretendida reforma sancionada por el Congreso, tiene un tono franca e incomprensiblemente regresivo y a no dudar va a ser fuente de numerosos conflictos que una vez mas la justicia tendrá que dilucidar".
